Los Molinos de Viento son uno de los iconos más reconocibles de la Mancha, a los cuales se enfrentó el hidalgo Don Quijote en un combate desigual, confundidos con peligrosos gigantes en su delirio.
Hoy en día son muchos aún los molinos de viento que podemos visitar como los de Consuegra o Alcázar de San Juan, siendo sin duda los mas conocidos los de Campo de Criptana.
Podemos comenzar Argamasilla de Alba, la ruta en la Cueva de Medrano, donde toda la tradición cervantina afirma que estuvo preso el ilustre manco de Lepanto. Continuando hacia Tomelloso cuna de ilustres pintores y escritores, podemos conocer sus famosas construcciones realizadas con la técnica de piedra seca “bombo”. Recuperaremos fuerzas con algunas de las recetas típicamente manchegas, algunas de las cuales aparecen en El Quijote, como Tiznao, caldereta, duelos y quebrantos, migas, gachas, atascaburras, queso… acompañados por un buen vino en una ciudad que posee muchas bodegas de gran calidad. Despues de comer podemos visitar alguno de sus museos. Seguiremos Hacia El Toboso, donde Dulcinea nos abre camino entre las calles que tienen inscripciones de la novela para llegar a la que se supone su casa, Casa-museo de Dulcinea, al Museo Cervantino o al Museo del Humor Gráfico Dulcinea.
Dejamos para el final una de las vistas mas impresionantes que podemos disfrutar en La Mancha, el atardecer en la sierra de los Molinos.
La imagen mas característica de Campo de Criptana son sus molinos junto al Albaicín Criptano formado por calles estrechas y pronunciadas pendientes, con construcciones de casas típicas manchegas de una sola planta, encaladas de blanco y zócalo de color añil.
Los Molinos de Viento de Campo de Criptana están declarados Bien de Interés Cultural, los Molinos Infante, Sardinero y Burleta están declarados a su vez Monumentos de Interés Histórico y Artístico y algunos de ellos son visitables.